domingo, 10 de junio de 2007

Cuentos De Hadas

Hay muchos que se atreven a afirmar que ni los cuentos de hadas ni la magia existen. Algunos lo aseguran desde la insatisfacción de sus vidas, negándose a aceptar que pueda existir una alternativa, hundiéndose más en el pozo de su miseria y siendo ellos mismos lo que rechazan la cuerda para salir allí; y negándoles así al resto la felicidad, destruyendo las ilusiones de otros, incapaces de desearle a alguien alegría si ellos sufren.
Otros, además, se crecen cuando pronuncian esas palabras, pensando que de esa forma dejan a un lado la niñez y se convierten en adultos maduros, juzgando como niños inmaduros a quienes sí creen en la magia y en los cientos. Pero se equivocan, solo se deshacen de la inocencia y de todo lo que puede ofrecer ese sentimiento; la madurez no es no creer en lugares mágicos.
Siempre pensaré que el equilibrio perfecto es ser un adulto con alma de niño. Tener la cabeza fría y en el sitio cuando la situación lo precise y actuar de forma madura; y saber también cuando puedes cambiar, liberarte de las obligaciones, reírte, jugar, soñar, inventar, saber aprovechar cada detalle asombroso que la vida te regala. No creo que J.M. Barrie fuera inmaduro y, sin embargo, Nunca Jamás ocupaba un lugar muy importante en su vida.
Mientras lo real no se confunda con lo fantástico, ¿dónde está el problema?
Además, la magia puede entenderse de muchas formas. No es necesario que un hada madrina convierta una calabaza en un lujoso carruaje para que la magia esté presente. A lo largo de nuestra vida, hay momentos mágicos, incluso personas mágicas que parecen poseer el secreto de la fantasía en el brillo de sus ojos. La realidad supera la ficción, dicen. Quizás no en todos los casos, pero sí en muchos. ¿Y no es mágico el simple hecho de intercambiar una mirada con alguien y que no hagan falta palabras para que se digan todo lo que necesitan decirse? ¿Y no es mágico sentir que se está en el cielo solo con los besos de alguien?
Personalmente, yo jamás iría diciendo que ni las hadas, ni los cuentos, ni la magia existen. Creo que sería más capaz de afirmar que sí existen. En la imaginación, en la fantasía, pero existen. El problema es la importancia que la gente le conceda a la imaginación y si subestiman su poder. ¿Y no es precioso poder crear y soñar con ese mundo que todos hemos deseado visitar cuando éramos niños? ¿Y no es maravilloso inventar nuestro propio cuento y soñar con él?
No soportaría ver a mis hijos pequeños diciendo cosas semejantes. Me encantaría que amaran las historias, que yo pudiera contárselas, que fueran inocentes y creyeran en la magia, que desarrollaran la imaginación, que se emocionaran, que pensaran por sí mismos. Que a una determinada edad comprendieran que Campanilla no va a entrar volando por su ventana, pero que ellos van a seguir teniendo alas y que no se sintieran engañados, que continuaran soñando con Campanilla y creyeran en otro tipo de magia sin trucos. Además, es un magnífico refugio de una realidad demasiado dura cuando se es niño, cuando un niño no vive en las condiciones de un niño. Si no sueña, si no tiene esperanza, si no cree en las historias mágicas y en la posibilidad de convertirse en el protagonista de una de ellas, ¿qué le queda? Una infancia destruida antes de tiempo…
Confieso que yo sigo disfrutando con Peter Pan, con los relatos de Edward Bloom, con el reino de Fantasía y su hermoso y majestuoso palacio de marfil donde descansa la Emperatriz, con otros cuentos como La fosforera, con historias que leía de niña sobre duendes a rayas, sapos que jugaban a ser detectives, piratas y vampiros buenos; u otros cuentos visuales de niños grandes con tijeras en las manos o de esqueletos y seres horribles en apariencia pero bondadosos y tiernos en el fondo. Y disfruto, sobre todo, creyendo en eses mundos mientras vivo esas historias y deseo ser uno más de ellos.
Mientras los demás niños soñaban con comprarse ese nuevo juguete que tenían todos sus amigos; yo, sola, soñaba con ir a cada uno de esos lugares bajo la bandera pirata de mi barco, sintiendo que ellos eran unos amigos que me enseñarían mucho y que nunca me defraudarían.
Tengo en mi mente dos ideas que tratan de seducirme para que las convierta en cuentos. Y sé que no me resistiré a su encanto y que, probablemente, no las escriba para los niños en general, si no para esa niña solitaria y soñadora que siempre seré.
Muchos seguirán diciendo que todo eso es una farsa, que nada existe, que es para niños. Les compadezco si no pueden volver a ser niños, les compadezco por querer guardar la apariencia y crearse una mentira que ellos mismos creen, porque seguro que la mayoría de ellos serán de los que lloran o se emocionan con películas como Descubriendo Nunca Jamás o Eduardo Manostijeras.
Les compadezco por sus tristes vidas y por su hipocresía. Yo mientras tanto, cambiaré de rumbo desde mi barco, dejándome llevar hasta un nuevo mundo mágico por descubrir, guiándome por la intuición de Peter que me sonríe desde allí arriba, junto a Campanilla y nuestra bandera pirata de paz.

7 comentarios:

Sirena dijo...

Hay que encontrar urgentemente el niño interior que todos llevamos dentro y que se va cubriendo de capas según nos hacemos adultos. ¿Por qué lo perdimos? ¿Dónde están esas risas espontáneas y esa pureza salvaje? ¿Estrés, represión? Yo no pienso abandonar la niña que llevo dentro. No, porque me muero en vida. No pienso renunciar a esa "vena infantil" de pasar por un parque y subirme en un columpio, de rebozarme en la arena de la playa como una croqueta, de correr en medio de la calle como una niña, de subirme en lo alto de un monte y gritar. Dios, hay que hacer el tonto de vez en cuando, y dejar de lado esa rigidez de tenemos. Prefiero vivir así antes que tener una vida aburrida y llena de hastío.

La magia... se encuentra no sólo en los cuentos de hadas, como dices tú. Se puede encontrar en cualquier cosa, en cualquier situación, persona, paisaje. Incluso en las cosas más insignificantes. Sólo que tenemos que saber reconocerla.

Un besote, valenciana. Gracias por darte un paseo por mis mares. Me encantó descubrirte. Muy buen escrito este. :)

Laura Luna dijo...

Precisamente porque matamos al niño de nuestro interior, hacemos del mundo un lugar más frío.

¿Acaso el amor no es magia?

(Este finde no ha sido muy bueno, pero tu escrito me ha hecho sonreír :) Gracias :))

Mun Light Doll

Anónimo dijo...

Una película que muestra de forma excepcional la magia y la importancia de la fantasía en la realidad es big fish. La única película con la que estuve a punto de llorar.

Y sí, la magia es amor.

Vanyz dijo...

Holis niña, le deje una invitacion en mi otro blog..quiza le interese participar.
Es sobre un juego que anda dando vueltas y me parecio interesante la idea de contar con usted.
Usted decide..
http://sonmultitud.blogspot.com/
Bs.
(ah!, me encanto lo q acabo de leer en su post)

Cam dijo...

Bueno, hacía mil que me quería pasar por aquí así que allá vamos.

Yo no lo veo tanto así como la necesidad de buscar al niño que llevamos dentro, al fin y al cabo, somos la misma persona ahora que hace 10, 15 o 20 años. Esos aspectos de la personalidad que teníamos entonces siguen ahí, cubiertos por la evolución que hemos seguido pero siempre se puede recurrir a ellos para saborear cualquier momento.

Lo que si es cierto, al menos en mi caso, es que hace falta tomarse la vida de una forma un poco más relajada, menos seria, más infantil o qué se yo, para poder disfrutarla un poco más. Supongo que tendré que aplicarme el cuento :K!

Un saludo!

Anónimo dijo...

hola no me coses pero me gusta tu personalidad †JilL† me gutaria conocer otro picis como yo te gusta lo mismo que a mi este es mi correo vercety21@hotmail.com me encanta la magia y la posibilidad de que todos los seres majicos existan

Anónimo dijo...

†JilL† vercety21@hotmaiL.COM COMO TE PUEDO CONTACTAR