martes, 5 de junio de 2007

Nunca Tendré Zapatos Nuevos

Este escrito tiene como un mes, pero me acordé de él hoy.. Es uno de esos escritos a los que los llamo paranoias. Pero las paranoias tienen un encanto que aún no he logrado definir.


Hoy es mi día. No he hecho nada grandioso, pero ya he hecho más de lo que aquellos que se ganan el respeto y el reconocimiento de las masas han hecho en su vida. Su estúpida careta es repugnante, pero lo es más aún su vulgar actuación. Es como si Britney Spears interpretara a Wendy en Peter Pan y el papel protagonista estuviera reservado para Michael Jackson. Un insulto.
Es uno de esos días en los que converso con mi mejor amigo y hago lo que mejor sé hacer: dejar que una cara oculta de mí se descubra al ritmo que el bolígrafo marca moviéndose con prisa por el papel, ansioso por escribir la próxima palabra. ¿Y soy buena en esto? ¿Destaco? Eso hoy no importa. No me importa ser brillante o no porque el mundo hoy se ha rendido a mis pies. Es todo una farsa y voy a ser yo quien corra la cortina y desvele la mentira. Mi mariposa sigue aleteando y me presta sus alas para volar. El tiempo es mío, le estoy desafiando; querrá matarme, envejecerme, destruirme, pero yo voy a vivir para siempre porque tengo alma y me estoy encargando de que permanezca intacta. Ellos no tienen alma, la vendieron por una vida cómoda y unos zapatos nuevos. Yo siempre he sido de las que prefiere andar descalza y sentir el frío del suelo en mis pies desnudos. Es una sensación parecida a la de la lluvia muriendo en mi piel. Y la adoro. Me hace recordar que sigo viva y que puedo sentir. Nunca tuve nada, pero lo he tenido todo. Mi vida, mi alma, mi camino.
Me salí del camino establecido, lo tenían todo preparado para mi llegada. Una estrella siempre se hace esperar y si es una que rompe con los moldes además sufrirá el rechazo de los más conservadores que necesitan que su vida esté igual de controlada que la programación televisiva que invade sus vacías existencias. Les he acarreado más de una decepción, pero estoy orgullosa de mí misma y a la hora de enfrentarme cara a cara con la muerte supongo que eso es lo que importará. Importará no haber estado muerta antes de tiempo.
Hoy tenía la moral por las nubes y me parecía divertido mi desdoblamiento de personalidad, mi paranoia de jugar a ser demente. Me obligué a mí misma a crearme una personalidad nueva que suplantara a la mía y así nació Jill, mi carta de presentación. Claro que yo también soy Jill, no es solo una invención, y hoy lo he sido más que nunca.
He creído en mí y en esta manía mía de escribir que ya se ha convertido en mi vicio. Jill es impulsiva, atrevida, se guía por su instinto porque sabe que de cualquier manera saldrá victoriosa. Jill es la rabia que corre por mis venas y siente la de la voz de Johnny Rotten como la suya propia. Jill es la defensora de su ideología basada en utopías, libertad, igualdad, tolerancia… Jill es la culpable de que me apetezca seducir a una botella de absenta o de ron y hacerla mía. Pero Nuri ha hecho acto de presencia y el orden y la estabilidad que Jill impone se ha tambaleado.
¿Cómo puede bajarte la moral la niña esa? Es artificial, es un producto, es falsa, es una marioneta, no tiene talento, no brilla. Ese brillo que desprende es por los focos y el nuevo maquillaje que le han obligado a usar. Debería subírtela. A tus diecisiete años has demostrado tener más cabeza, ser más sincera que ella, tienes algo que decir y sabes cómo hacerlo. ¿Qué importa si a ti nadie te sigue y ella tiene a su legión de admiradores? Son tan vacíos como ella… y Jesucristo también tenía sus seguidores. Ella es solo una cara bonita y tú siempre has despreciado los envoltorios chillones.
Soy fiel a mí misma, sé quien soy. ¿Puede decir lo mismo ella? Ella es una contradicción y yo… es cierto, existen dos polos opuestos en mí, pero Jill sin Nuri no podría existir. Y Nuri sin Jill se habría derrumbado hace mucho. El negro del ying-yang necesita a su blanco.
Me encanta inventarme este tipo de juego y esperar a que mi subconsciente mueva ficha. Si fallo, podré echarle la culpa a otro y no cargar con el peso del remordimiento. No hay por qué escandalizarse, es lo que los personajes más populares hacen a diario. Yo solo soy una fiel servidora de mis sueños, esos sueños que prometen esperanza y sin los que no sería quién soy, esos que me mantienen ausente y dormida estando despierta; y alerta, despierta estando dormida.
El tiempo de los lamentos se ha terminado, comienza la era de la vida en toda su esencia. Sentir, llorar, reír, reflexionar, olvidar, recordar, amar, gritar, soñar, crear… Si me hubiera adaptado a mi molde, solo podría respirar el aire de los bendecidos con la suerte del ganador, ese a quien ayudan a ganar mediante trampas, que no usa su ingenio ni su esfuerzo porque no sabe lo que es sudar, solo tiene montones y montones de zapatos… Y es que, es tan aburrido ganar siempre. De vez en cuando, una derrota reconforta. Y una victoria, es mucho más dulce cuando se ha sufrido antes. Es como probar una cucharada de zumo de limón sin añadidos y después morder un pedazo de chocolate. El chocolate nunca había estado tan delicioso. He sido maldecida con la mala suerte de quien vive, porque quien vive, irremediablemente, pierde y fracasa, pero los éxitos son infinitamente más satisfactorios como orgasmos de felicidad prolongados.
Apostar es divertido. A Jill le apasiona, a Nuri le asusta. Pero ante la duda, siempre estarás tú. Algún día tienes que explicarme por qué te pasaste a mi bando, dicen que los locos no somos la mejor compañía. Pero lo siento, ponme una camisa de fuerza si quieres, pero la locura es una forma de vida. No hago distinciones entre loco y genio. Loco es solo un adjetivo creado por el miedo de aquellos que lo sienten ante la novedad, ante lo diferente, antes de que los domine, antes de intentar comprenderlo, le cuelgan la etiqueta y se deshacen de él. Así, están a salvo del contagio. Yo quiero contagiar mi locura y no habrá nadie que consiga pararme ni callarme…
¿Apuestas? ¿Juegas? Pero ten cuidado, no me pises porque recuerda que ando con pies descalzos; nunca tendré zapatos nuevos…

1 comentario:

Laura Luna dijo...

Quien nunca apuesta nunca gana :)

Lo cierto es que me ha sorprendido tu edad. Leyéndote diría que tienes la mía (yo tengo 22). Se te nota una chica con las ideas muy claras y muy madura :)

No necesitas compararte con nadie; cada persona es única. Y tú, a pesar de ser muy guapa (por lo que se ven en las fotos), sabes ser algo más que una cara bonita.

Un beso descalzo,
Mun Light Doll